Dos de mis grandes "amarillos" de la red son Rut Roncal e Iñaki González, amigos de sus amigos, empáticos, trabajadores incansables, inmejorables profesionales y personas con afán de aprendizaje y de mejora contínua. Desde hace ya más de 1 año, el primer martes de cada mes escriben un post #a4manos y lo publican en La verdad absoluta no existe y en SobreviviRRHHé.
El reto de hoy es #a1000manos. Escribir un post sobre un tema en concreto y publicarlo el mismo día. Ellos han compartido una imagen con una cita de las de pensar y ... tachán! el día H a las 00.00 se publica al mismo tiempo en tantos blogs como los autores hayan querido participar.
Y aquí estoy... jugando a postear sobre "Make one person HAPPY each day even if its yourself".
A inicio del post he nombrado que tanto Rut e Iñaki son "amarillos" y quien haya leído el libro de Albert Espinosa lo entenderá a la perfección. Los amarillos son personas con algo muy especial que traspasa incluso las redes sociales, personas con las que conectas, personas que aún estando a quilómetros de distancia sabes que los tienes a centímetros del corazón, personas que sólo pensar en ellas te transmiten nobleza, calidez y bienestar. Pues así son ambos para mi. Aunque... el #a1000manos no iba de hablar de ellos sino de la imagen y inspiradora cita, y ahí voy.
Los que me conoceis sabeis que llevo una temporada inmersa en un proceso de cambio personal y esto hace que esté un pelín más alerta a mi yo interno y en mi particular cruzada hacia la felicidad eterna!!! Aunque, la felicidad eterna es pura falacia, la felicidad es totalmente efímera, dura momentos. Y en cuanto nos hacemos conscientes que estamos disfrutando de esta felicidad dejamos de hacerlo ¿me explico? es lo que el Mindfulness llama consciencia plena en el momento presente. Por ejemplo, disfrutar ahora de escribir mis sentimientos y sensaciones para que cuando sean leídos sean captados.
Ahora ya sabeis que es para mi ser Feliz, aunque no sirve de nada todo esto si... después de ese maravilloso momento nos fustigamos y nos castigamos mentalmente. Es cuando el lado-demonio de la mente nos dice: "no tenías que haberlo escrito" "¿crees que a alguien le va a gustar lo que escribes?" "ja! que ilusa eres, escribiendo sobre vanalidades!"
Y aunque mi mente sea capaz de generar estos sombríos pensamientos, mi lado-ángel mental también tiene la versión benébola y zen para contrarrestarla. Aprender a generar en mayor medida éstos últimos son la clave del éxito para que el "momento" sea un "momentazo" lleno de felicidad. Las imperfecciones, los errores y el qué dirán pasa a último plano, quedan neutralizados porque seguimos gozando del momento en plenitud sin dejar que "demonios" entren a enturbiar nuestros sucesivos momentos de felicidad.
Permitámonos ser felices, plenamente conscientes.
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